Tal y como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos durante su reunión de junio. Situó los tipos en el nivel más bajo desde diciembre de 2022. El tipo de depósito bajó del 2,25% al 2%, revalidando así el fin de un periodo de política monetaria restrictiva que comenzó en enero de 2023.

Esta decisión está basada en la evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente, y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria. Actualmente, la inflación se encuentra en torno al objetivo a medio plazo del 2% fijado por el Consejo de Gobierno.
El tono de Christine Lagarde ha sido acomodaticio aunque quizá el mercado esperaba algo más. Según Kaspar Hense, gestor sénior de carteras en RBC BlueBay, los mercados "esperaban, quizás de forma poco realista, un resultado aún más acomodaticio. Esto llevó a una caída de los rendimientos y a una apreciación del euro, respaldada también por datos más débiles en EE. UU". Por ahora, "el BCE puede decir que ha logrado un aterrizaje suave para Europa, y el último tramo parece haber llegado a su fin. En el futuro, la política fiscal y los riesgos —también los comerciales— deberían estar más equilibrados”, afirma el experto.
Las dinámicas de inflación justifican el giro...
Según las nuevas previsiones del Eurosistema, la inflación general se situará en promedio en el 2% en 2025, el 1,6% en 2026 y el 2% en 2027. Las revisiones a la baja respecto a las proyecciones de marzo (-0,3 puntos para 2025 y 2026) reflejan previsiones más favorables sobre los precios energéticos y un euro más fuerte. Además, se prevé que la inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos) se mantenga en el 2,4% en 2025 y en el 1,9% tanto en 2026 como en 2027, sin apenas cambios desde marzo.
Carsten Brzeski, responsable global de macroeconomía en ING, advierte que el riesgo de que la inflación caiga por debajo del objetivo del 2% va en aumento, al menos a corto plazo. "Las presiones inflacionistas en la eurozona se están moderando más rápido de lo previsto. El presidente estadounidense Donald Trump no solo revitalizó la economía europea durante un trimestre —al adelantar exportaciones y producción industrial—, sino que prácticamente hizo desaparecer la inflación". Aunque la economía de la eurozona ha mostrado una resiliencia inesperada y las tensiones comerciales podrían calmarse, "el riesgo de que la inflación quede por debajo del objetivo se ha vuelto tan evidente que ha llevado al BCE a recortar de nuevo los tipos", señala el economista.
...al tiempo que la economía gana peso en las decisiones
Para Sylvain Broyer, economista jefe para EMEA en S&P Global Ratings, la evolución futura de la inflación podría llevar al BCE incluso a contemplar nuevas subidas de tipos, antes de que acabe 2026. "Esta previsión se basa en factores como el próximo estímulo fiscal en Alemania y los cuellos de botella persistentes en el mercado laboral, que suponen riesgos inflacionistas. De hecho, las expectativas inflacionarias de los consumidores ya han comenzado a repuntar, lo que refuerza la necesidad de mantener una vigilancia estrecha en materia de política monetaria", explica.
En cuanto a las previsiones de crecimiento, se mantienen sin cambios. Esto refleja un primer trimestre más fuerte de lo previsto y unas perspectivas más débiles para el resto del año. En concreto, los expertos estiman un crecimiento medio del PIB real del 0,9% en 2025, 1,1% en 2026 y 1,3% en 2027.. A corto plazo, la incertidumbre sobre la política comercial pesará sobre la inversión empresarial y las exportaciones. No obstante, el aumento del gasto público en defensa e infraestructuras respaldará el crecimiento a medio plazo.
Próximos pasos
En el actual contexto de incertidumbre excepcional, el BCE mantendrá un enfoque dependiente de los datos, evaluando reunión a reunión. “El lenguaje del BCE deja abierta la puerta a nuevos recortes, aunque no vemos necesidad de más medidas en el corto plazo. Es poco probable que el banco central se comprometa de forma vinculante en una dirección u otra. Prefiere preservar flexibilidad ante un entorno macroeconómico incierto”, comenta Altaf Kassam, responsable europeo de Estrategia de Inversión y Análisis en State Street Global Advisors.
El experto no descarta otro recorte en 2025, "aunque consideramos que no será necesario a corto plazo. No obstante, seguir dependiendo de los datos será crucial: cada decisión se basará en cómo evolucionen la inflación y el crecimiento". De hecho, desde BlackRock, Roelof Salomons, considera que en el corto plazo "el BCE puede ahora centrarse más en el crecimiento que en la inflación".
"Es muy probable que haya una pausa durante el verano, mientras el BCE evalúa los riesgos comerciales y la resiliencia interna. A largo plazo, el reequilibrio fiscal y las presiones externas influirán en una política monetaria más neutral", apunta David Zahn, responsable de renta fija europea en Franklin Templeton.
Simon Dangoor, responsable de estrategias macro de renta fija en Goldman Sachs Asset Management, espera dos recortes adicionales de tipos antes de que acabe 2025. “Esto podría llevar el tipo de depósito al 1,5%. Seguimos de cerca la evolución fiscal y los flujos de fondos de pensiones, que podrían generar oportunidades interesantes para los inversores en renta fija”.
Sobre el futuro de Lagarde
Finalmente, durante la rueda de prensa se abordó el futuro de la propia Christine Lagarde, cuyo mandato concluye en 2027 y a quien algunos medios vinculan con el Foro Económico Mundial. La presidenta, sin embargo, desmintió los rumores sobre una dimisión anticipada: "Estoy firmemente motivada, de hecho, siempre he estado plenamente decidida a completar mi mandato", afirmó.