En este momento ningún término está más de moda que «inteligencia artificial» (IA), y es así por una buena razón. Esta tecnología tiene una capacidad enorme para transformar el modo en que vivimos y trabajamos, y su crecimiento en los últimos meses ha sido meteórico.

Todavía nos encontramos en una fase inicial en cuanto a las repercusiones de la IA en el mundo. Ya conocemos su utilidad para mejorar los motores de búsqueda, pero sabemos que con el tiempo será capaz de hacer más cosas, y las hará. Dado el enorme abanico de actividades que la IA podría potenciar, no la consideramos una tendencia pasajera, sino un cambio largo y duradero en la arquitectura informática. La oportunidad de inversión en IA es considerable, aún está por llegar en gran medida y tiene un enorme potencial para generar alfa en los próximos años.
A pesar de que probablemente la IA se imponga como una tecnología ganadora, capaz de ayudar a las empresas a aumentar su eficiencia sacando más trabajo adelante con menos personas o a crecer de forma más eficaz con los mismos empleados —pero más productivos—, no todas las empresas vinculadas a ella lograrán triunfar a largo plazo. Nuestro propósito con el presente artículo es ofrecer un método sencillo de valoración de las empresas que pueden sacar partido de la IA de forma sostenida en el conjunto de la economía.
Cómo evaluar el impacto de la IA
Pensamos que, para comprender qué valores pueden beneficiarse de la IA, la clave no consiste únicamente en preguntarse quién puede lograrlo, sino también quién no lo hará. La IA puede ser una ola creciente, pero no levantará a todos los barcos por igual. Así pues, ¿cómo determinan los inversores qué empresas están excepcionalmente posicionadas para sacar partido de la IA? Creemos que a la hora de analizar los posibles ganadores y perdedores de la IA, los inversores pueden servirse de los siguientes cinco criterios:
· Cultura, liderazgo y mentalidad. La velocidad con que se adopta la nueva tecnología a menudo predice buenos resultados en el futuro. Las empresas que integran nuevas tecnologías antes y mejor que sus competidores suelen tener una cultura de toma de riesgos e innovación que parte desde la dirección hacia el resto de la organización. Por lo tanto, es importante analizar la cultura de la empresa.
· Escala. Una lección que hemos aprendido de innovaciones anteriores como la nube o el aprendizaje automático es que resulta decisivo contar con las herramientas y las personas adecuadas para comprender, desarrollar y poner en marcha las nuevas tecnologías. Las empresas que disponen del capital y la escala necesarios para seleccionar y cultivar el talento con eficacia y en mayor proporción podrían tener una ventaja.
· Datos. Para aprovechar la IA se requieren datos. Y, para hacerlo mejor que la competencia, se requieren datos diferenciados. Unos datos más robustos permiten a las empresas producir mejores modelos con más rapidez, lo que comporta una ventaja que se autoperpetúa y puede crecer con el tiempo. La rápida implementación de datos diferenciados es lo que distingue a los modelos de lenguaje grande más exitosos de la actualidad frente a sus competidores El mismo argumento podría aplicarse a modelos más pequeños y a otros casos de uso en el futuro.
· Normativa sectorial. Los organismos reguladores (como, en Estados Unidos, la SEC en el ámbito de los servicios financieros, la FDA en biotecnología o la HIPAA en sanidad) pueden limitar o ralentizar considerablemente la adopción de la IA. Las empresas de los distintos sectores son más proclives a posponer la puesta en marcha de esta tecnología si ello les permite mantenerse alejadas de los riesgos normativos. Se trata de un aspecto digno de consideración a la hora de valorar qué empresas tienen mayores probabilidades de beneficiarse de la IA.
· Flujos de trabajo. Muchas compañías siguen procesos complicados y especializados que dependen de profundos conocimientos técnicos humanos posiblemente difíciles de replicar o automatizar por la IA. Dado que a estas empresas les costará más tiempo adaptarse, es posible que no brinden oportunidades inmediatas a los inversores.
Implicaciones para la inversión
Utiliza este método…
A medida que se generalice la adopción de la IA y sus capacidades se consoliden, a algunas empresas les irá mejor que a otras. Sin embargo, es probable que la mayoría se enfrente a una competencia que hace lo mismo que ellas y, en última instancia, no reportarán valor a los accionistas. Analizar las empresas a través de las lentes que hemos explicado puede ayudar a los inversores a descubrir las oportunidades más interesantes y significativas.
… y piensa diferente…
El pensamiento creativo es esencial al comienzo de cualquier nuevo ciclo tecnológico. Una cosa es reconocer el poder transformador de una tecnología y otra bien distinta pensar más allá de las primeras aplicaciones. No cabe duda de que la IA afectará a los sectores relacionados con la tecnología, pero ¿cómo transformará a otros? ¿Cómo se adaptarán las empresas y los trabajos una vez que la IA forme parte de su esencia? ¿De qué modo evolucionarán las habilidades humanas para aprovechar las nuevas formas de trabajar? Nuestra impresión es que estas preguntas admiten numerosas respuestas, quién sabe cuántos sectores se verán transformados. Las empresas y los trabajos podrían cambiar drásticamente. Las personas podrían desarrollar habilidades que hoy nos resultan inimaginables, como lo era para nuestros abuelos utilizar un teléfono inteligente. Pensar diferente nos abre los ojos a la inmensidad de las oportunidades que ofrece la IA.
… con una gestión activa
Aunque nadie es capaz de predecir el futuro (ni de la IA ni en otro ámbito), las gestoras activas que han aprendido de otros ciclos de inversión tecnológica y tienen acceso a abundantes fuentes de información para el análisis pueden conseguir buenos resultados relativos invirtiendo en IA. En un mercado tan competitivo como este, es crucial conocer las estrategias de inversión a largo plazo, por lo que contar con una gestora activa experimentada puede suponer una ventaja. En definitiva, a los inversores que deseen aprovechar de forma selectiva las oportunidades en IA con mayor potencial a largo plazo podría beneficiarles adoptar una estrategia activa.