Nueva pausa para el BCE. Como esperaba el mercado, Fráncfort mantiene los tipos sin cambios por segunda vez consecutiva tras la reunión de julio. Los tipos de los depósitos, de las operaciones principales de financiación y de financiación marginal permanecen respectivamente en el 2%, 2,15% y 2,40%. La decisión refleja una inflación ya en línea con el objetivo a medio plazo del 2% y la resistencia de la economía del área euro.

En rueda de prensa, la presidenta del instituto central Christine Lagarde subrayó que "el proceso desinflacionario ha terminado, seguimos estando bien posicionados, pero no estamos en una senda predeterminada". Añadió que, tras el acuerdo sobre aranceles UE-EE.UU., la incertidumbre comercial se ha atenuado. Sin embargo, los riesgos no han desaparecido. Reiteró el enfoque dependiente de datos en la definición de la política monetaria.
Las nuevas previsiones sobre inflación difundidas hoy por el BCE dibujan un cuadro similar a las proyecciones de junio. La inflación se estima ahora en el 2,1% en 2025, 1,7% en 2026 y 1,9% en 2027. Se han revisado al alza las perspectivas de crecimiento, esperado en el 1,2% en 2025 frente al 0,9% indicado en junio. Para 2026 la estimación baja ligeramente al 1,0%, mientras que para 2027 permanece invariable en el 1,3%.
"El crecimiento en la eurozona sigue siendo modesto pero resiliente. Está sostenido por consumo e inversiones estables", afirma Nicolas Forest, CIO de Candriam. Según él, iniciativas políticas como el plan ReArm Europe y el paquete fiscal alemán deberían contribuir. Ayudan a atenuar el impacto de los aranceles estadounidenses introducidos recientemente.
¿Ha concluido el ciclo de relajación?
Una de las cuestiones centrales de la reunión de septiembre es si, después de esta pausa y con tipos ya muy cercanos al nivel neutro, el BCE decidirá intervenir aún con recortes. O, si por el contrario, el actual ciclo de relajación puede darse por concluido. "Las previsiones económicas parecen en conjunto coherentes con la idea de que este ciclo de relajación ha llegado ya a su fin", observa Luke Bartholomew, Economista sénior de Aberdeen Investments. "Seguimos considerando, no obstante, que el próximo movimiento será con toda probabilidad una subida más que un recorte adicional, aunque no de forma inmediata", afirma.
También según Carsten Brzeski, Global Head of Macro de ING, el listón para un nuevo recorte de tipos por parte del BCE sigue siendo alto. En la misma línea, Irene Lauro, economista para el área euro de Schroders, considera concluido el ciclo de relajación. "La intervención de hoy parece confirmar nuestra opinión de que el ciclo de relajación se ha cerrado", afirma la experta. Añade que "con la disminución de la incertidumbre comercial, la recuperación del área euro está destinada a acelerarse".
El riesgo Francia
La incógnita en esta trayectoria de mejora de las perspectivas económicas llega desde Francia, que afronta una crisis política. Esta situación podría tener repercusiones en el mercado europeo y empujar al BCE a intervenir. "Los riesgos para el área euro se han desplazado de la incertidumbre comercial. Ahora se concentran en la inestabilidad política, con Francia en el punto de mira en el frente fiscal", destaca Lauro.
Durante la rueda de prensa, como se esperaba, Lagarde eligió no comentar directamente: "No limitamos nuestros juicios a un país en particular", declaró. Expresó confianza en que los responsables políticos franceses comprendan la importancia de reducir la incertidumbre. Además, tranquilizó a los mercados sobre el hecho de que el BCE dispone de las herramientas necesarias. Podría intervenir si la transmisión de la política monetaria resultase ineficiente en el área euro. "Un aumento marcado de los costes de financiación para Francia podría poner bajo presión a la economía. Esto empujaría hacia medidas expansivas adicionales", observa Bartholomew. Sin embargo, admite que, por el momento, una intervención explícita del BCE en el mercado de deuda francesa parece una hipótesis remota.
Entre los posibles argumentos que podrían empujar al banco central a intervenir aún en los próximos meses, Brzeski cita, en cambio, la tensión comercial con EE.UU.. Nuevos aranceles podrían caer sobre Europa a pesar del acuerdo recién alcanzado. "El acuerdo comercial entre Estados Unidos y UE está lejos de estar grabado en piedra. Las numerosas cláusulas condicionales dejan amplio margen a nuevas escaladas", afirma.
La atención se concentra por tanto en las próximas reuniones de octubre y diciembre, dado que el BCE ha preferido una vez más no proporcionar indicaciones sobre los movimientos futuros. "Aunque el riesgo de presiones inflacionarias derivadas de la desglobalización, de aranceles más elevados y de un mercado laboral tenso justifica por el momento el mantenimiento de tipos estables, la reducción de las expectativas de inflación, evidenciada por la bajada de la previsión a largo plazo para 2027 por debajo del objetivo del 2% (ahora 1,9%), señala que podría haber un recorte adicional antes de alcanzar el nivel neutro", afirma Kaspar Hense, Senior Portfolio Manager de RBC BlueBay.
Está de acuerdo Simon Dangoor, head of Fixed Income Macro Strategies de Goldman Sachs AM, según el cual podría haber espacio para otro recorte de tipos antes de cerrar el ciclo. "El BCE no tiene prisa. Esperamos un último recorte en diciembre, dados los riesgos a la baja. Aunque no se puede descartar que no haya ninguna relajación", afirma.
Impactos en las decisiones de asignación de activos
Analizando las implicaciones para las decisiones de cartera, Dangoor indica una preferencia por las estrategias de carry y de pendiente de la curva respecto a una exposición directa a la duración. "En un contexto en el que los rendimientos a corto plazo permanecen relativamente anclados. El impulso derivado de la expansión fiscal alemana y de las reformas de pensiones holandesas podría empujar al alza los rendimientos en la parte larga de la curva", explica el experto de Goldman Sachs AM.
"La política monetaria permanece en conjunto neutra, lo que favorece las obligaciones de corta duración y los títulos defensivos de calidad en renta variable", subraya el Head of European Fixed Income de Franklin Templeton, David Zahn. "El sector financiero podría sufrir presiones si las expectativas sobre tipos continúan manteniéndose contenidas. Mientras los riesgos geopolíticos y energéticos requieren un seguimiento atento", prosigue el experto.
Con el BCE que sustancialmente parece haber alcanzado su objetivo, Forest se detiene en el hecho de que la divergencia entre Fed y BCE podría cerrarse en los próximos meses. Esto podría traducirse en mayor volatilidad. Sin embargo, también en oportunidades. "A la luz de las señales de debilitamiento del mercado laboral estadounidense, la Fed podría proceder a dos recortes de tipos a lo largo del año. Por otro lado, el crecimiento resiliente de Europa y las medidas fiscales acomodaticias podrían sostener algunos mercados de renta variable y de crédito. Mientras, la perspectiva de un recorte de tipos en Estados Unidos podría reforzar la demanda de obligaciones de alta calidad", advierte.