En estos últimos compases de 2025, Japón sigue registrando las mayores entradas de capital extranjero en el mercado local de renta variable desde 2013. Los datos de la Bolsa de Tokio (TSE) así lo confirman: los inversores extranjeros han comprado ~USD 1.22 bn en acciones japonesas solo en la segunda semana de diciembre, elevando el total acumulado del año a USD 38 bn.

Este volumen es el más alto desde de 2013, cuando el gabinete de Shinzo Abe desplegó una combinación agresiva de estímulos fiscal y monetario para reactivar la economía y el mercado.
¿Por qué?
El interés extranjero en acciones japonesas en 2025 refleja una combinación de factores, ya que la dinámica de estos flujos se ha desarrollado en fases diferenciadas.
1. Las reformas corporativas (que venimos siguiendo muy de cerca) han sido un pilar clave del renovado interés por la renta variable japonesa. En los últimos años se ha intensificado la presión regulatoria y de mercado para mejorar la gobernanza, la transparencia hacia el accionista, algo que siempre gusta a los inversores. Pero, sobre todo, por la orientación de estas reformas hacia elevar la rentabilidad sobre el capital (ROE) y reducir los balances excesivamente conservadores (levantando el P/Book Value de manera que ese 50% de empresas que cotizaban a un P/BV inferior a uno, pasase a un % del 5%-15%, similar al de los mercados occidentales. Con esta reforma, el regulador (el TSE) ha impulsado activamente a las compañías cotizadas a optimizar su uso del capital, aumentando dividendos, recompras de acciones y desinversiones de activos no estratégicos. Este giro ha mejorado no solo la disciplina financiera, sino la alineación con el accionista, acercando los estándares corporativos japoneses a los de otros mercados desarrollados.
2. Otro catalizador importante se produjo en abril, tras el anuncio de los aranceles por parte de Estados Unidos. Aquello generó incentivos para que los gestores de cartera redujeran concentración en activos estadounidenses y acabaron aumentando exposición a mercados extranjeros como Europa o Japón.
3. Y el tercer impulso significativo coincidió con un cambio de liderazgo político en Japón: la transición desde el primer ministro Shigeru Ishiba hacia Sanae Takaichi, percibida como más orientada al crecimiento y a políticas favorables a la inversión. Este contexto político reforzó las expectativas de mayor estímulo y reformas estructurales que favorezcan la expansión de beneficios corporativos.
Los datos semanales del Ministerio de Finanzas japoneses muestran lecturas positivas continuas de inversión extranjera en acciones durante varias semanas recientes (lo vamos siguiendo semanalmente); y aunque los flujos no alcanzan los niveles extraordinarios de la era Abenomics, sí señalan un renovado atractivo relativo del mercado japonés dentro de las carteras internacionales, especialmente frente a otros activos de la región Asia-Pacífico.
Cordiales saludos
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Alex Fusté
Chief Economist Andbank