El día 9 terminaba el plazo para cerrar los acuerdos comerciales, pero la administración Trump lo ha alargado hasta el 1 de agosto.

Como contraste a esa concesión, en los días posteriores, Trump ha sorprendido al mercado volviendo a sus amenazas sobre varios países y con el anuncio de aranceles al cobre del 50%. Entre los países que han sufrido el anuncio de nuevos aranceles, se encuentra Brasil, al que le quieren aplicar aranceles del 50% y a Canadá del 35%. En este segundo caso llama la atención el hecho de que están en un proceso de negociación, por lo que resulta difícil entender el anuncio.
Al margen de lo que se anuncia para cada país, tenemos que destacar el anuncio que ha hecho Trump de que de media, los aranceles aumentarán entre un 15 ó 20% para cada país, lo que está por encima del 10/15% que se estaba barajando hasta ahora. Esta subida de rango, es interpretada por algunos economistas como un intento de recaudar más, ante el buen momento en el que se encuentran los mercados de capitales. Debemos tener presente que tanto del Nasdaq como el S&P 500 están en máximos históricos, impulsados, entre otros por Nvidia, que esta semana ha llegado a los 4 billones de capitalización, marcando un hito histórico al ser la compañía que más valor ha conseguido en el mercado americano.
En la presente semana, el índice VIX, que mide la volatilidad de los mercados, ha marcado mínimos desde el mes de febrero, lo que se suma a los buenos datos de empleo en EEUU, así como la inflación controlada o una economía que se está desacelerando, pero que en estos momentos no se encuentra en zona de riesgo de recesión. Todo esto es lo que la administración Trump está aprovechando, para intentar cerrar aranceles más altos que los ya impuestos en abril, que como sabemos, son del 10% con carácter general, aunque algunos países como China, los tienen por encima y algunos sectores se han excluido.
Los primeros datos que maneja la administración Trump es que ya han recaudado unos 100.000 millones de dólares con los nuevos aranceles y que esperar recaudar unos 300.000 millones adicionales, antes de finales de año. Como ya sabemos, esta recaudación de los aranceles tiene como objetivo compensar la ley que han aprobado la semana pasada, con nuevas bajadas de impuestos, así como aumento de gasto.
Los índices bursátiles, hasta el momento, han conseguido mantenerse ajenos a las nuevas amenazas y anuncios arancelarios, porque van conociendo la forma de actuar de la administración Trump, de anuncios y desmentidos continuos.
La actual complacencia del mercado contrasta con las incertidumbres que se están generando, lo que provoca que los informes de los economistas inviten a la prudencia durante las próximas semanas, para las que no se descarta el aumento de la volatilidad ante el menor volumen que se irá teniendo el mercado, a medida que nos adentramos en el mes de agosto.
Hasta que no se concreten con exactitud los aranceles que finalmente se van a implementar, resulta complicado calibrar el impacto en el crecimiento de las economías mundiales, pero a nadie se le escapa que supondrán menor crecimiento en general y veremos como afecta a la inflación, en función de la parte que se va a trasladar a los consumidores o la que van a soportar las empresas, que a su vez supondrá reducción de beneficios. En cualquier escenario, para los índices bursátiles en máximos, los próximos meses serán muy desafiantes.
Los posibles recortes que se puedan producir, en muchos casos serán oportunidades de compra, tanto para los gestores activos como para los inversores.
María Jesús Soto
Directora El Inversor Inquieto