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Martes, 23 de Abril de 2024

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Cotizaciones

"Aguantando los chaparrones"

Encaramos el último tercio del mes de mayo. Esta época suele ser, tradicionalmente, típica de las alergias primaverales y de las tormentas.

 Momento de los antihistamínicos, de los paraguas comprados en “los chinos” (porque nos sorprende la lluvia) y de los cambios bruscos de temperatura. Estamos acostumbrados a convivir con ello y no supone problema alguno, aunque termine siendo un tema de conversación recurrente.

Los chaparrones no son únicamente eventos meteorológicos. También afectan a los mercados financieros. De la misma forma que la volatilidad, esos cambios bruscos de temperatura que vivimos de vez en cuando. La particularidad del momento actual es que se está alargando más de lo que suele ser habitual y genera cierta incomodidad. La inflación, los problemas de suministro, el conflicto geopolítico o el menor crecimiento económico, generan duda y miedos en la comunidad inversora, como no podía ser de otra manera.

Los movimientos de los bancos centrales, tanto por la subida de los tipos de interés como por la retirada de los estímulos monetarios, y cómo puede afectar eso al aterrizaje de la economía, pueden ser los aspectos de máxima preocupación para la comunidad inversora internacional.

Cualquiera podría definir la situación actual como una tormenta, con una duración algo más larga que un aguacero. Incluso alguno se ha apresurado a decir que hemos vivido la “tormenta perfecta”, porque casi todos los activos han corregido de forma relevante desde principio de año. La renta fija ha caído en todas sus subclases, como no se había visto hacía tiempo y la renta variable le ha acompañado, especialmente las acciones de sectores más afectados por las subidas de tipos de interés. Solamente se han salvado las materias primas. 

Esta situación de elevada correlación en el comportamiento negativo de los activos financieros, es decir, que caen todos a la vez, no es habitual, pero cuando ocurre, genera mucha inquietud porque apenas encontramos lugar donde resguardarnos a salvo de la tormenta. Por eso, hay veces que nos vamos a mojar, sí o sí. Y hemos comprobado que esta es una de esas veces.

Y por si alguien pensaba que el nuevo Eldorado, las criptodivisas, les iban a salvar, pues no será esta vez. Han caído en picado recientemente y se han vuelto en valores realmente inestables, recibiendo incluso la prohibición de uso en China. Pero de eso hemos hablado en otros momentos y nos consideramos como activo invertible, al menos, no por ahora.

Tranquilidad. Echemos un vistazo alrededor. Quizá nos pasamos de frenada comprando cosas arriesgadas y si es así, es el momento de “retocar” algo, pero si hemos construido la cartera de manera correcta, no debería preocuparnos en exceso. 

La visión en el largo plazo debería hacernos mantener la inversión y no dar bandazos. Aprovechemos la liquidez, de forma moderada, para poder incorporar activos atractivos con esa visión de construir la cartera para el futuro.

La importancia de estos momentos pasa por saber mantener la calma y revisar si lo tenemos todo en su sitio. ¿Mojados? Sin duda, pero preparados para cuando el temporal amaine.

Francisco González
Colaborador de eii

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